viernes, 13 de noviembre de 2009

PRIMERA CITA

Capitulo 8 – PRIMERA CITA


Marcela se puso un vestido malva ceñido al cuerpo, se maquilló un poco, se alisó bien el pelo, usó su mejor perfume, y se puso zapatos de tacón,…Al llegar al parque, no conseguía ver a Pablo por ninguna parte y ya eran y diez. Sólo había una parejita en un banco besándose, un grupo de chavalas que la miraban de arriba abajo, unos chicos que pasaron piropeándola y otro muchacho muy “pijo” que fumaba un cigarrillo, apoyado sobre otro banco,…Se miró la muñeca, pensando que Pablo nunca había llegado tarde, cuando el chico del cigarrillo, se dirigió a ella:

- Oye, ¿Desde cuándo estás aquí?

- Pero bueno ¡Pablo!, ni te conocía, te has puesto muy arreglado, ja, ja, ja. No es tu estilo tío…

- Bueno, la ocasión lo merece, tú estás preciosa, como siempre… ¿Podemos irnos ya?

- Claro

Se montaron en el coche de Pablo, Marcela no paraba de preguntar adonde iban, pero él solo le respondía que se iba a llevar una gran sorpresa…

Cuando al fin aparcaron el coche, Marcela no pudo evitar fruncir el ceño

- ¿ El Tano? ¿Qué es este sitio?

- Entremos y lo verás

Cuando entraron al lugar, sonaba música de tango, Marcela estaba muy extrañada, pero un poco más al fondo, pudo ver una pista de baile, donde parejas desde unos treinta años hasta sesenta bailaban con gran destreza al son del tango.

- Vaya, no sabía que bailabas,…esto...aunque yo no tengo ni idea.

- Recuerda, déjate llevar. Yo hace mucho que no bailo, pero de pequeño mi madre, apasionada y frustrada por no haber podido aprender ella, me apuntó a clases de baile a mí.

A Marcela todo le parecía un poco empalagoso, pero bueno estaba ahí y sentía que debía complacer a Pablo, al fin y al cabo era el único chico que se había molestado en agradarla a ella.

Se acomodaron en una mesita a ver al personal, Marce empezaba a aburrirse un poco, Pablo como un galán de telenovela, había pedido una botella de champán algo buenecita, para su pelirroja, y no tardó en beberse tres copas, para echar valor al asunto. Mientras le hablaba a Marcela de temas sin contenido, ella miraba a una pareja que destacaban de los demás de lo bien que bailaban, sin prestar mucha atención a las palabras de Pablo. Se imaginaba que esa pareja eran ella y Alfonso, de mas mayores, …

Cuando terminaron las canciones de tango, empezaron a poner algo de salsa, la pareja extravagante se retiró de la pista, y se acercaron a la mesa de ellos,…

- Pablo, ¿tú por aquí? Que alegría, se te echa de menos, un bailarín como tu, siempre se echa de menos.- dijo ella

- Es verdad Pablo, por cierto veo que vienes bien acompañado – dijo él

- Me alegro mucho de veros, es cierto que ando perdido, pero con los estudios de medicina, no me queda tiempo para mucho. Por cierto ellos son Gloria y David, gran pareja de baile y sentimental. David fue mi profesor de baile desde el principio. Ella Marcela, una gran amiga.

Todos se saludaron con cordialidad y la pareja se retiró para dejar intimidad a Marce y Pablo.

- Vamos Marce, concédeme este baile – sonaba una bachata

-

- Que no se Pablo y aquí todo el mundo lo hace muy bien.

- Vamos yo te enseño, nos ponemos en un ladito y nadie nos ve, a eso hemos venido…Se que este sitio te puede parecer muy ridículo, de hecho agradecería que no comentaras a nadie esta faceta mía, pero ahora baila conmigo

Marcela, siguió los pasos de Pablo hasta un lado de la pista. Se colocaron uno frente a otro.

- Bien, agárrame por aquí, clava tus ojos en los míos y déjate llevar

Ella obedeció sin más, él era un maestro espectacular, en esa primera canción, ya le había enseñado pasitos importantes. Marcela se sentía flotando y empezaba a disfrutar.

- Bailar así da gusto, Pablo, eres un experto.

- Tampoco es para tanto, mucha practica y cualquiera se pone a mi nivel. Mira, tú misma, llevas unos minutos y ya me sigues bastante bien.

- No seas modesto, ya me gustaría a mi verte con otra experta, seguro que es alucinante – dijo Marce y lo pisó – Uich perdón te piso, te tiro cafés, te pillo el dedo con la puerta,…

- Sí, te voy a tener que denunciar, je,je,je. Tú mírame a los ojos verás como nunca me pisas, es el gran secreto…

Marcela, disfrutaba entre giros y pasos de baile, eso sí con sus ojos clavados en los de Pablo, para no pisarlo, esa concentración a él le hizo mucha gracia, pero no quiso mostrarlo para que ella no se ofendiera.

Eso de mirarlo a los ojos durante al menos dos horas, a parte de hacer que Marcela estuviese muy cansada, a ella le hizo descubrir, que Pablo tenía unos ojos, y que eran muy bonitos, verdes y grandes, en su cara morena le quedaban muy bien, y que sus dientes eran blancos y perfectos, tenía una sonrisa muy bonita, descubrió que era más alto que ella, y que sus brazos que parecían enclenques eran firmes, …conecto mentalmente todos sus rasgos, y se dio cuenta de que su amigo era un chico muy guapo, pero ella nunca se había dado ni cuenta, se había pasado mucho tiempo que sólo tenía ojos para Alfonso, y en ese momento reconoció para sus adentros, que Pablo podría tener casi a cualquier chica, era guapo, muy simpático, educado, …y sin embargo la había elegido a ella, que le estaba haciendo perder el tiempo. Su culpabilidad se multiplicó por mil, le pidió que se marcharan en ese mismo momento. A Pablo a penas le dio tiempo a pagar, y se fueron al coche.

El camino de vuelta se puso un poco difícil,…

- Oye Pablo, me lo he pasado muy bien pero,…

- Si te lo has pasado bien, no hay peros lo demás me da igual

- Escúchame joder. Tus palabras el otro día, las de la carta, eran preciosas, hoy como ya te he dicho me lo he pasado muy bien, me he dado cuenta que además de valer mucho por dentro, tienes muchas cualidades y más que no conoceré, y que eres muy guapo. Cualquier muchacha sería feliz contigo, y yo, aunque quisiera no podría sentir lo mismo que tú…Siento que te hago perder el tiempo, no te merezco ni como amigo, lo se, …

- Déjame hablar ahora a mí. Yo tengo muy claro lo que tu sientes, casi desde que nos conocimos, si nos hemos acercado más ha sido por tu entrega incondicional a Alfonso, así que no me digas lo que sientes que yo ya lo se. También tengo muy claro lo que siento yo, y como ya te dije, sin forzarte a nada, me conformo solo con demostrártelo,…Así que no te sientas mal por mi, que yo estoy siendo muy feliz, y si quieres que hoy mismo se acabe todo, yo ya habré sido feliz, no le des mas vueltas. Déjate llevar.

Marcela suspiró y cerró los ojos durante unos segundos…

- Está bien Pablo, pero prométeme, que pase lo que pase no vamos a dejar de ser amigos. No quiero que por esta historia al final acabemos mal…

- Prometido.

- No quiero el sí, para que me calle, prométemelo de verdad…

- Te lo prometo, de verdad, pero si te callaras un poco tampoco estaría mal – contestó haciéndole burlas con la lengua.

Ella frunció el ceño, y no volvió a decir nada. Pablo condujo hasta el parque que estaba cerca de la casa de Marcela…

- ¿Qué te parece si te acompaño a tu casa andando y damos un paseo?

- Pues, no hace falta, pero bueno, se supone que estoy dejándome llevar…- bromeó

- No. Dejarte llevar es esto…- La cogió en brazos y mientras ella gritaba y reía, pidiendo que la soltara.

Al llegar al portal de la casa, Pablo se la quiso comer con la mirada, ella sólo supo bajar la cabeza, se sintió acorralada por aquel silencio que se había creado, los ojos de Pablo se habían clavado en los suyos como unas tijeras abiertas, el no tenía miedo, estaba entregado, como si sintiese que no le quedaba nada que perder en la vida y deseando estar con ella aunque fuera de mentira.

- Bueno, Pablo, yo ya subo. Lo he pasado muy bien. Gracias…

- Espera Marce yo quería decirte…

- No digas nada mejor ¿Vale? Déjalo tal como está

Aquel fue uno de esos “te quiero” que nunca han sido pronunciados, uno mas de todos aquellos que cada día caen al vacío y se pierden en un pozo sin fondo para siempre, de esos que ya nunca van a ser rescatados.

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