Capitulo 9- Cita dos
Por las ventanas del piso de Marcela la noche entraba sin pedir permiso, “
Uno de aquello días que Alfonso se manifestó en su casa, “
- Marce, hace tiempo que tú y yo no hablamos…
- ¿Y es que tenemos algo de que hablar?
- Anda, no seas así,… Lo mismo aquel día yo no me comporté como esperabas pero, la verdad es que echo de menos aquellas tardes en Los Rosales. Lo pasábamos bien y aprendí mucho de tus clases…Es una pena que ahora no quieras ni hablar conmigo…
- Ya, es que yo soy así de mala, de buenas a primeras dejo de hablar a la gente, porque sí. Venga ya,…que te compre quien no te conozca…
- En serio Marce, te pido perdón si te ofendí, se que lo hice todo muy mal, pero mi historia con Angelina, es algo que tu no entenderías,…Mis padres y los de ella tienen negocios y yo debí pensarme antes eso de salir con ella, porque ahora me siento atado, pero si la dejo, mi familia se puede ver perjudicada. Por favor, te pido al menos que tú me entiendas, se que todo esto suena lo mas ruin del mundo, por eso te lo cuento a ti, se que eres la única persona que me puede entender. Necesito que me entiendas, te lo ruego,…Tú me gustas mucho, y sólo necesito tiempo… - dijo Alfonso entre sollozos
- No se si lo que dices es cierto, pero las cosas no se hacen así, primero haces daño y luego vienes a poner una tirita, podías haberme contado esto antes y evitar lo que ha pasado…
- Lo se y lo siento no se porqué no lo hice así. No quiero nada más, sólo que me perdones y que podamos vernos aunque sea en Los Rosales, en las clases, con eso me conformo…
Consiguió arrancarle una sonrisa a Marcela, y se le ablandó el corazón…
- Está bien Alfonso, pero si me vuelves ha hacer algo parecido, no lo cuentas,…
- Gracias, muchas gracias,…
Él no lo dudó ni un momento más, y se lanzó a besarla, sin pensar en su novia, ella disfrutó del beso hasta que oyeron la puerta.
- ¿Tú que haces aquí? – preguntó Angelina, de forma seca y cortante a Alfonso
- Mira cari, he estado hablando con Marcela y me ha dicho que ya anda mejor de tiempo, y que vamos a retomar las clases de farmacología ¿No es estupendo?
- Menos mal. Gracias Marcela, ya estaba empezando a flaquear otra vez con esa asignatura – dijo Angelina ajena a todo
- No hay de qué. – Marcela sólo supo responder eso, disimulando, se echó el café en su taza y se fue a su habitación.
No podía creer que Alfonso la había vuelto a besar, estaba alucinada, disfrutando del momento,…Él se interesaba por ella pero el pobre estaba siendo coaccionado por situaciones inevitables. Marcela se sintió egoísta de haber estado pensando mal de él. En ese momento le echó un vistazo al móvil, mientras ella había estado gozando de los labios de su Alfonso había recibido un SMS de Pablo:
HLA MARCE. HE PNSADO EN NSTRA 2 CITA. QDAMS EL VIERNS A LS 6 D L TRDE, N EL PRQUE?? CNTXTA. BSS
Se le cortó la felicidad del momento de golpe, ya no recordaba su deuda con Pablo. Le respondió al SMS aceptando la invitación, tenía que cumplir su palabra.
El viernes, llegó antes de lo esperado. Bajó al parque a encontrarse con Pablo. El la invitó a montarse en el coche y la llevó al Parque María Luisa, donde se sentaron en los jardines.
- Esta cita quiero que la aprovechemos para hablar, lo mismo consideras que pierdo mi tiempo, que nosotros podemos hablar en cualquier momento, pero hoy quiero que sea sin prisas, tener unas horas, donde poder contarnos nuestras cosas,…
- Pablo, yo quiero que sepas antes que nada una cosa. El lunes, a las clases, va a volver a venir Alfonso, así que iremos a Los Rosales de nuevo,…
- ¿Alfonso? ¿Cómo es eso?
- Verás, él me lo ha explicado todo, y ahora entiendo porqué se comportó así
- ¿Y se pude saber que te ha explicado?
- No te lo puedo decir, es algo muy personal de él,…
- Está bien, no me meto más donde no me llaman, pero por favor no le creas cualquier patraña, eres una chica lista, no caigas en su juego
- ¿Por qué tiene que ser un juego? Él ha sido muy valiente en venir ha hablar conmigo y no te permito que cuestiones sus buenas intenciones. ¿Sabes? Creo que a veces eres muy egoísta…
- Lo mismo soy muy egoísta, pero sus buenas intenciones coinciden con el examen de farmacología y ¿Sabes? Yo creo que te está utilizando…
Marcela lo miró a los ojos con desprecio y no le dijo ni una sola palabra.
- Está bien, lo siento, lo mismo me equivoco Marce, espero que sea así de verdad, pero mi egoísmo viene porque no soportaría que te hiciera daño de nuevo. Perdóname.
- Confía en mi Pablo, lo mismo me equivoco pero apóyame.
- De acuerdo. Y ahora ¿Podemos seguir con la cita o ya no te apetece?
- Ahora podemos empezar la cita, señor Pablo, esto ha sido un paréntesis – contestó ella.
Al fin y al cabo, se ponía en la piel de su enamorado, y pensaba que ella, si fuera Alfonso el que le había dicho esas cosas, ya habría huido llorando de lo que le habría dolido.
- Me alegro. Mira te traigo el libro que me estoy leyendo ahora, y quiero leerte un trocito,… ¿me dejas?
- Por supuesto
- "(...) estoy cerca de ti, ¿me sientes?, estoy aquí, te puedo rozar, esto es seda, ¿la sientes?, es la seda de mi vestido, no abras los ojos y tendrás mi piel"… Esta estrofa me ha encantado, es una de las cosas más sencillas pero, a la vez mas intensas que he leído en mucho tiempo.
- Eres un romántico Pablo. Primero bailas, luego mira que cosas lees,…
- Ese es mi gran secreto Marce, jejeje – bromeó Pablo.
La tarde transcurrió con fluidez, hasta el anochecer, Marce ya se había olvidado de todo, y se dejaba llevar. Incluso se dio cuenta de que se sentía muy a gusto, su amigo compartía sus ideas, sus gustos,…incluso pensaban igual sobre muchos temas. Cuando Pablo miró su reloj, no pudo evitar invitar a Marcela a cenar a su casa, ella aceptó sin dudarlo, porque se encontraba genial con el, y no quería irse a su casa.
En casa de Pablo el ambiente estaba en penumbra, como siempre, una luz tristona alumbraba una mesa donde se apilaban un montón de libros, el los hizo a un lado, puso un mantel de cuadros verdes, que a penas habría usado una vez, abrió una botella de lambrusco, que tuvo que servir en vasos de agua, porque no tenía copas, y puso en la mesa un par de platos de pasta, recalentada del medio día…
- Bueno, no es lo que se merece una princesa como tú, pero entiende que es un piso de estudiante…
- Está hecho con mucho cariño, que es lo que importa, y los espaguetis tienen una muy buena pinta…
La conversación se hacía cada vez mas intensa, Marcela disfrutaba mas de lo que hubiese querido de la presencia de Pablo, el vino corría cada vez más deprisa y el destino era su cerebro sin duda, en el instante más esperado para Pablo y mas sorprendente para Marcela, ella se lanzó a los labios de él, sintiendo la suavidad de un calido beso…
- Marce, no quiero que el vino te traicione, si no es lo que quieres…
- Cállate … - susurró ella, y siguió besándolo
Ahora Pablo estaba en las nubes, dejó que sus dedos se colaran en el pelo de su pelirroja, y la besó como si en ello le fuera la vida, pasando de la dulzura a la pasión, demostrando todo lo que él sentía.
Por la cabeza de Marce, se paseaban miles de sensaciones diferentes, cariño, ternura, pasión y hasta lástima, sin olvidarnos del arrepentimiento, pero era real, era lo que a ella le apetecía en ese momento, donde, con quien y como quería estar, porque quería mucho a Pablo y también sabía cuanto la quería a ella,…
Fue ella la que despacio empezó a desabrocharle la camisa, viendo en su pecho una marca, como si jirones de otra piel, se hubiesen arraigado a la carne de Pablo…tocó la cicatriz con sus dedos, no era muy grande pero, si profunda,…
- ¿Qué te pasó aquí?
- Una chica me tiró un café hirviendo en un bar…pero creo que mereció la pena…
- Lo siento…no sabía que fue para tanto
Siguieron los besos, y la ropa continuó cayendo al suelo, hasta quedar desnudos los dos, derrochando caricias, saboreando sus cuerpos, entregados uno al otro, haciendo el amor hasta quedar exhaustos en aquel sofá descolorido.
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