Capitulo 4 - PEQUEÑAS CONFIDENCIAS
Las clases de farmacología transcurrían sin muchas novedades, pero Marcela estaba teniendo un acercamiento importante a Alfonso, realmente se estaban haciendo bastante amigos los cuatro, a veces si nada lo impedía las clases se llevaban a cabo en casa de alguno de ellos y de Marcela también.
A Marcela le encantaba ir a casa de Alfonso, todo olía a él, se fijaba en las estanterías, en los títulos de sus películas, de sus CD´s, de los libros que le gustaban a él, se sentía privilegiada por estarlo conociendo.
Una de aquellas tardes, Marcela recibió una llamada de Pablo, le dijo que los otros no podían ir, ella pensó que sería buena idea dejarlo para otro día, pero Pablo insistió que quedasen en Los Rosales, que tenía muchas dudas.
A las 5h en punto se encontraron en la puerta de la cafetería. Pablo como siempre le abrió la puerta a Marcela, se sentaron en aquella mesa, la del rincón, pidieron sus cafés y Marcela le invitó a que le preguntase las dudas:
- ¿A ti te gusta Alfonso, no? – preguntó Pablo sin rodeos
- ¿Cómo? Oye vamos a lo que vamos…
- Te he dicho que tengo dudas, y tú me has dicho que te las pregunte, además te debo un café, aquel día te tiré el tuyo…
- No creo que esas dudas sean de tu incumbencia...
- Vamos. Dejemos por un día las clases, que hace un mes que nos conocemos y no sabemos nada de nuestras vidas. Puedes confiar en mí,…Además lo de Alfonso te lo digo porque él, lo primero es que es un chico que no interesa a ninguna mujer, hazme caso, y lo segundo está con Angelina y sorprendentemente se le ve muy pillado…
-Para, para, para. Lo primero es que yo no te he dicho aun nada y lo segundo es que creo que no deberías hablar mal de alguien que no está aquí…
- No quería que lo enfocaras así, sólo que me caes bien y no quiero que lo pases mal.
- Si yo lo quiero pasar mal es mi problema.
- ¿Me estás diciendo que te gusta Alfonso, no?
- Sí, te lo digo, aunque no se porqué ¿Tanto se me nota?
- Bueno, te quedas tonta mirándolo, siempre intentas sacarle conversación a él,…
- Sí, joder, me gusta, me gusta mucho y desde hace tiempo y si no le interesa a ninguna mujer por lo que sea, a mi sí, y si no es así, pues quiero descubrir yo misma porque no me interesa, pero quiero que me haga caso de una vez, tocar su piel sin fingir que es sin querer y besarlo ya, y que sea
- Perdona Marcela, lo mismo fui muy brusco, no sabía que estabas tan colada por él.
- Yo no quisiera, pero no lo puedo evitar, cuando empezaba a olvidarlo, me pidió lo de las clases y joder, me arrastré sin remedio, y…bfff Me estoy volviendo loca
- Ja,ja,ja
- Tú estás loco. ¿Ahora de que te ríes?
- Lo de
- Se me escapó, no digas nada…
Acabaron riendo los dos le contó lo de
- Oye, Pablo, que quiero pedirte algo, un favor
- Lo que quieras. Dime.
- Que lo que sea de Alfonso, que pienses que me puede interesar, quiero que me lo digas, sin anestesia, me guste o no. Yo no puedo estar siempre en el banquillo, o dejo de jugar o me meto en el partido.
- Cuenta con ello.
La conversación fue interrumpida por la entra de Elena y Maica en el local,…
- Anda, nos has sustituido,…Aunque el chico es mono, lo entendemos ¿Verdad, Elena? – aventuró Maica
Marcela, presentó a Pablo a sus amigas y se sentaron todos a charlar. Pasaron la tarde riendo y contando cosas sobre Marce y Alfonso, que a Pablo le daban mucha risa, pero que hacían que ella se pusiera como un tomate.
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