miércoles, 16 de diciembre de 2009

Capitulo 10

Marce y Pablo, eran ya totalmente uña y carne, habían transcurrido ya como 2 meses desde aquella noche. Ella se dejó llevar y Alfonso pasó a un segundo plano, no podía olvidarlo del todo pero, ya no le importaba, Pablo lo había eclipsado casi al máximo. Los paseos, los bailes y el romanticismo era parte de sus vidas, sin olvidarnos de la atracción, un cuento de hadas, que ya sabemos que en la vida real, eso no es posible…y entonces comenzó el desenlace de lo que pudo haber sido una de las pocas historias de amor de este mundo.

DESENLACE

Una tarde como otra cualquiera Marcela, estaba en su casa esperando que Pablo la recogiese para ir a pasear por el parque María Luisa. El timbre sonó y ella fue a abrir ansiosa, pero eran la “Pantoja” y “Paquirri”, que a ella se le había olvidado la llave….
- Hola Marcela, ahora que por fin te veo querría hacerte unas consultas de farmacología….
- Lo siento Alfonso, no es el momento, en cinco min. Vendrá Pablo por mi, para salir y….
- Sólo serán un par de min. Por favor. Mira yo de paso bajo ha hacer una copia de tus llaves que si no, no voy a poder salir, hazme el favor anda – Dijo la Pantoja.
- Ok. Pero, se rápida. No quiero hacer esperar a Pablo.

La Pantoja salió casi corriendo con las llaves de Marcela, y Alfonso no quiso perder ni un minuto…
- Marcela, ¿Qué pasa? ¿Ya me has olvidado?
- Vamos a la farmacología…
- ¿ Me has olvidado o no? Es la pregunta
- Sí.
- ¿Totalmente? Se sincera
- Sí, y soy muy sincera
- Quieres decirme que te has olvidado de cuando lo hicimos, de aquellos besos y caricias,…- dijo acariciando el pelo de Marce.
- Evidentemente esas cosas no se olvidan, pero cuando ya han pasado tampoco se comentan,…- dijo apartándolo
- Vamos no seas así, tu sabes que me gustas mucho, y no hemos tenido oportunidad de conocernos bien…
- Ya Alfonso, pero es que ahora ya no es lo que quiero, lo siento por ti

Él, no lo dudó ni un segundo, y se lanzó a besarla,…Por culpa de la mala suerte, Pablo, llegó a la puerta, que La Pantoja se dejó abierta, y vio la escena, se quedó petrificado y esperó a ver si se estaba confundiendo y entonces pudo oír.

- ¿Qué pasa no me quieres? – dijo Alfonso
- Sí, si te quiero – contestó Marcela
Pablo salió corriendo, sin oír nada más y sin ser visto por nadie. Si lo hubiese hecho, hubiese terminado de oír la frase…
- Sí, si te quiero. Te quiero lejos de mi, de mi vista, no respetas a nadie, ya no a mi, sino a Pablo que es tu amigo, a tu novia…no te quieres ni a ti mismo, me das asco, vendido por el dinero y funcionas por el interés a tu edad, no quiero imaginarte el día de mañana, lo único que siento por ti es lástima,…olvídame.
Entonces llegó la Pantoja de hacer su recado, Marcela calló y se limitó a esperar a Pablo que evidentemente nunca llegó.

Después de miles de SMS, sin respuesta, por supuesto, llamadas sin contestar,… Marcela, fue a casa de Pablo donde nadie abría la puerta, todo era muy raro.

Habrían transcurrido ya casi 5h. Marcela intuía que Pablo sabía algo y pensó que Alfonso le habría dicho algo. Y entonces sonó el teléfono de la Pantoja.
Ella contestó y se dirigió a Marcela.
- Es para ti…
Marce, contestó extrañada
- ¿Sí?
- Soy Alfonso…
- ¡Esto es el colmo del descaro! Me llamas al móvil de tu novia…
- Espera, Marcela tengo que hablar contigo. Es sobre Pablo.
Ella lo oyó sin poderlo creer.
- Me llamó por teléfono hoy cuando me fui, me dijo que te oyó decirme que me querías, me dijo que no se iba a meter en medio, entonces empezó a llorar, yo te prometo, que le conté la verdad, pero no me terminaba de creer, dijo que se iría de aquí al menos unas semanas, para asimilar que ya no podría luchar más por ti… yo pensé que te llamaría, que hablaríais, pero no, el cogió el tren, lo se porque me lo ha dicho su primo, se iba a casa de su tía, a Madrid, pero no ha tenido suerte…- y entonces Alfonso rompió a llorar
- ¿Cómo que no ha tenido suerte? ¿Qué quieres decir? – gritó desesperada
- Marcela, Pablo ha muerto.

La ambulancia no tardó en venir a recogerla, ella no aguantó la noticia y se desmayó.
A Pablo lo atracaron, lo confundieron con otra persona, pensaban que llevaba un paquete en su maleta, y no era él, el negaba a gritos ser esa persona, el vagón donde iba se quedó vacío de inmediato, nadie lo socorrió, los únicos testigos sólo cuentan lo que oyeron, dicen que el chico gritaba <<>> hasta que quebraba su voz, alguno dicen que oyeron decir, <<>>, hasta que finalmente, su voz se apagó. A Pablo lo apagaron por una confusión tres individuos a cuchilladas aquel día en el vagón del tren donde él no debía ir.

Capitulo final – Cita 3

Carta de Marcela a Pablo un año después:

Hola mi vida:

¿Sabes? Pienso en ti cada día. Te echo de menos a cada momento. Aún no puedo creerme lo que te hicieron.

Yo misma no sabía que te quería tantísimo, y ahora que no estás el vacío es absoluto. Desde que no te tengo, la comida ya no sabe tan bien, y el parque es demasiado grande, cuando miro al cielo ya no es tan azul, ni de noche brillan tanto las estrellas,…todo está incompleto sin ti.
En esta vida estúpida, llena de malos entendidos, a diario, nos creemos que tenemos problemas, y que son lo más importante del mundo, salimos corriendo o nos enfadamos por ellos, discutimos con los seres queridos por cualquier cosa, y no disfrutamos lo que tenemos, si no que siempre ambicionamos más.
En vez de dar importancia a las personas con las que podemos contar, que nos quieren, nos miman y están incondicionalmente a nuestro lado, nos ocupamos de cosas vanas y efímeras.
Mi vida, yo espero que donde estés sepas lo que pasó aquel día, y te rías de la tonta confusión, y que sea un mundo donde los sentimientos se vean, que rodeen a las personas de algún color, de rojo a los enamorados, de negro a los que están enojados, de verde a esas personas tan positivas que siempre están de buen humor,…y así veas lo que te quiero, y ya verás como siempre te tendré…

Me pediste tres citas para enamorarme y sólo te hicieron falta dos de ellas, tu belleza interior, tu forma de ser y lo que yo me sentía cuando estaba a tu lado, bastaron, pero no te preocupes, porque la tercera cita, se repetirá cada día mientras yo esté en este mundo, porque sabes que lo cumplo, y que cada día te dedico unos minutos, ha hablarte, a recordarte,…con el único consuelo de mantenerte vivo siempre, aunque sea solo en el recuerdo. Y los besos que no nos vamos a dar, no los des por perdidos, que el día que nos encontremos te los voy a pagar uno a uno y así con todo, porque a partir de ahora en mi vida puedo hacer lo que sea, pero todo será una forma de pasar el tiempo que quede para reunirme contigo.

Te quiero mi Pablo.

Cuando abras una puerta, primero cuenta hasta tres, entra con decisión y aprecia mucho lo que te encuentres detrás. Que la vida al final se compone de la simpleza de un cúmulo de puertas que se cierran y otras tantas que se abren.


FIN

SEGUNDA CITA

Capitulo 9- Cita dos

Por las ventanas del piso de Marcela la noche entraba sin pedir permiso, “La Butaca y La Pantoja” se atiborraban de pipas viendo la tele, ella prefería concentrarse en el libro que por entonces tenía entre manos. Ya hacía dos semanas de su cita con Pablo, ella casi la había olvidado, y él, cumplidor de su promesa no había cambiado ni un poco la forma de tratarla. Alfonso, se estaba convirtiendo en un fantasma que de vez en cuando se aparecía cuando ella menos lo esperaba, en “Los Rosales”, por la facultad y esporádicamente incluso en el salón de su casa, metiéndose mano con “La Pantoja” que a pesar de su cara de pava infeliz, en más de una ocasión lo invitaba a su habitación dónde sólo Dios sabe lo que ocurría, y que ella nunca querría saber. Se limitaba a saludarlo sin más, con breves y cortantes monosílabos, sin poder evitar que las respuestas de él le sonaran a voces celestiales.

Uno de aquello días que Alfonso se manifestó en su casa, “La Pantoja” tuvo que salir a hacer unas fotocopias y él decidió esperarla consultando unas cosas en Internet. Marcela se preparaba un café en la cocina, cuando él la asaltó como ladrón en la noche…

- Marce, hace tiempo que tú y yo no hablamos…

- ¿Y es que tenemos algo de que hablar?

- Anda, no seas así,… Lo mismo aquel día yo no me comporté como esperabas pero, la verdad es que echo de menos aquellas tardes en Los Rosales. Lo pasábamos bien y aprendí mucho de tus clases…Es una pena que ahora no quieras ni hablar conmigo…

- Ya, es que yo soy así de mala, de buenas a primeras dejo de hablar a la gente, porque sí. Venga ya,…que te compre quien no te conozca…

- En serio Marce, te pido perdón si te ofendí, se que lo hice todo muy mal, pero mi historia con Angelina, es algo que tu no entenderías,…Mis padres y los de ella tienen negocios y yo debí pensarme antes eso de salir con ella, porque ahora me siento atado, pero si la dejo, mi familia se puede ver perjudicada. Por favor, te pido al menos que tú me entiendas, se que todo esto suena lo mas ruin del mundo, por eso te lo cuento a ti, se que eres la única persona que me puede entender. Necesito que me entiendas, te lo ruego,…Tú me gustas mucho, y sólo necesito tiempo… - dijo Alfonso entre sollozos

- No se si lo que dices es cierto, pero las cosas no se hacen así, primero haces daño y luego vienes a poner una tirita, podías haberme contado esto antes y evitar lo que ha pasado…

- Lo se y lo siento no se porqué no lo hice así. No quiero nada más, sólo que me perdones y que podamos vernos aunque sea en Los Rosales, en las clases, con eso me conformo…

Consiguió arrancarle una sonrisa a Marcela, y se le ablandó el corazón…

- Está bien Alfonso, pero si me vuelves ha hacer algo parecido, no lo cuentas,…

- Gracias, muchas gracias,…

Él no lo dudó ni un momento más, y se lanzó a besarla, sin pensar en su novia, ella disfrutó del beso hasta que oyeron la puerta. La Pantoja, entró en la cocina sin avisar, estuvieron a unos segundos de ser descubiertos…

- ¿Tú que haces aquí? – preguntó Angelina, de forma seca y cortante a Alfonso

- Mira cari, he estado hablando con Marcela y me ha dicho que ya anda mejor de tiempo, y que vamos a retomar las clases de farmacología ¿No es estupendo?

- Menos mal. Gracias Marcela, ya estaba empezando a flaquear otra vez con esa asignatura – dijo Angelina ajena a todo

- No hay de qué. – Marcela sólo supo responder eso, disimulando, se echó el café en su taza y se fue a su habitación.

No podía creer que Alfonso la había vuelto a besar, estaba alucinada, disfrutando del momento,…Él se interesaba por ella pero el pobre estaba siendo coaccionado por situaciones inevitables. Marcela se sintió egoísta de haber estado pensando mal de él. En ese momento le echó un vistazo al móvil, mientras ella había estado gozando de los labios de su Alfonso había recibido un SMS de Pablo:

HLA MARCE. HE PNSADO EN NSTRA 2 CITA. QDAMS EL VIERNS A LS 6 D L TRDE, N EL PRQUE?? CNTXTA. BSS

Se le cortó la felicidad del momento de golpe, ya no recordaba su deuda con Pablo. Le respondió al SMS aceptando la invitación, tenía que cumplir su palabra.

El viernes, llegó antes de lo esperado. Bajó al parque a encontrarse con Pablo. El la invitó a montarse en el coche y la llevó al Parque María Luisa, donde se sentaron en los jardines.

- Esta cita quiero que la aprovechemos para hablar, lo mismo consideras que pierdo mi tiempo, que nosotros podemos hablar en cualquier momento, pero hoy quiero que sea sin prisas, tener unas horas, donde poder contarnos nuestras cosas,…

- Pablo, yo quiero que sepas antes que nada una cosa. El lunes, a las clases, va a volver a venir Alfonso, así que iremos a Los Rosales de nuevo,…

- ¿Alfonso? ¿Cómo es eso?

- Verás, él me lo ha explicado todo, y ahora entiendo porqué se comportó así

- ¿Y se pude saber que te ha explicado?

- No te lo puedo decir, es algo muy personal de él,…

- Está bien, no me meto más donde no me llaman, pero por favor no le creas cualquier patraña, eres una chica lista, no caigas en su juego

- ¿Por qué tiene que ser un juego? Él ha sido muy valiente en venir ha hablar conmigo y no te permito que cuestiones sus buenas intenciones. ¿Sabes? Creo que a veces eres muy egoísta…

- Lo mismo soy muy egoísta, pero sus buenas intenciones coinciden con el examen de farmacología y ¿Sabes? Yo creo que te está utilizando…

Marcela lo miró a los ojos con desprecio y no le dijo ni una sola palabra.

- Está bien, lo siento, lo mismo me equivoco Marce, espero que sea así de verdad, pero mi egoísmo viene porque no soportaría que te hiciera daño de nuevo. Perdóname.

- Confía en mi Pablo, lo mismo me equivoco pero apóyame.

- De acuerdo. Y ahora ¿Podemos seguir con la cita o ya no te apetece?

- Ahora podemos empezar la cita, señor Pablo, esto ha sido un paréntesis – contestó ella.

Al fin y al cabo, se ponía en la piel de su enamorado, y pensaba que ella, si fuera Alfonso el que le había dicho esas cosas, ya habría huido llorando de lo que le habría dolido.

- Me alegro. Mira te traigo el libro que me estoy leyendo ahora, y quiero leerte un trocito,… ¿me dejas?

- Por supuesto

- "(...) estoy cerca de ti, ¿me sientes?, estoy aquí, te puedo rozar, esto es seda, ¿la sientes?, es la seda de mi vestido, no abras los ojos y tendrás mi piel"… Esta estrofa me ha encantado, es una de las cosas más sencillas pero, a la vez mas intensas que he leído en mucho tiempo.

- Eres un romántico Pablo. Primero bailas, luego mira que cosas lees,…

- Ese es mi gran secreto Marce, jejeje – bromeó Pablo.

La tarde transcurrió con fluidez, hasta el anochecer, Marce ya se había olvidado de todo, y se dejaba llevar. Incluso se dio cuenta de que se sentía muy a gusto, su amigo compartía sus ideas, sus gustos,…incluso pensaban igual sobre muchos temas. Cuando Pablo miró su reloj, no pudo evitar invitar a Marcela a cenar a su casa, ella aceptó sin dudarlo, porque se encontraba genial con el, y no quería irse a su casa.

En casa de Pablo el ambiente estaba en penumbra, como siempre, una luz tristona alumbraba una mesa donde se apilaban un montón de libros, el los hizo a un lado, puso un mantel de cuadros verdes, que a penas habría usado una vez, abrió una botella de lambrusco, que tuvo que servir en vasos de agua, porque no tenía copas, y puso en la mesa un par de platos de pasta, recalentada del medio día…

- Bueno, no es lo que se merece una princesa como tú, pero entiende que es un piso de estudiante…

- Está hecho con mucho cariño, que es lo que importa, y los espaguetis tienen una muy buena pinta…

La conversación se hacía cada vez mas intensa, Marcela disfrutaba mas de lo que hubiese querido de la presencia de Pablo, el vino corría cada vez más deprisa y el destino era su cerebro sin duda, en el instante más esperado para Pablo y mas sorprendente para Marcela, ella se lanzó a los labios de él, sintiendo la suavidad de un calido beso…

- Marce, no quiero que el vino te traicione, si no es lo que quieres…

- Cállate … - susurró ella, y siguió besándolo

Ahora Pablo estaba en las nubes, dejó que sus dedos se colaran en el pelo de su pelirroja, y la besó como si en ello le fuera la vida, pasando de la dulzura a la pasión, demostrando todo lo que él sentía.

Por la cabeza de Marce, se paseaban miles de sensaciones diferentes, cariño, ternura, pasión y hasta lástima, sin olvidarnos del arrepentimiento, pero era real, era lo que a ella le apetecía en ese momento, donde, con quien y como quería estar, porque quería mucho a Pablo y también sabía cuanto la quería a ella,…

Fue ella la que despacio empezó a desabrocharle la camisa, viendo en su pecho una marca, como si jirones de otra piel, se hubiesen arraigado a la carne de Pablo…tocó la cicatriz con sus dedos, no era muy grande pero, si profunda,…

- ¿Qué te pasó aquí?

- Una chica me tiró un café hirviendo en un bar…pero creo que mereció la pena…

- Lo siento…no sabía que fue para tanto

Siguieron los besos, y la ropa continuó cayendo al suelo, hasta quedar desnudos los dos, derrochando caricias, saboreando sus cuerpos, entregados uno al otro, haciendo el amor hasta quedar exhaustos en aquel sofá descolorido.

Las ganas de huir llegaron a Marcela en un segundo cuando hubieron terminado, pero aun así no podía evitar haber disfrutado del momento, los motivos de su huida no hubieran sido otros que la vergüenza, pero ahora su mente estaba mas liada con la confusión,… ¿En qué lugar quedaban cada uno de su amantes? ¿Se quedaba con las locuras de su Alfonso o con la dulzura de Pablo

viernes, 13 de noviembre de 2009

PRIMERA CITA

Capitulo 8 – PRIMERA CITA


Marcela se puso un vestido malva ceñido al cuerpo, se maquilló un poco, se alisó bien el pelo, usó su mejor perfume, y se puso zapatos de tacón,…Al llegar al parque, no conseguía ver a Pablo por ninguna parte y ya eran y diez. Sólo había una parejita en un banco besándose, un grupo de chavalas que la miraban de arriba abajo, unos chicos que pasaron piropeándola y otro muchacho muy “pijo” que fumaba un cigarrillo, apoyado sobre otro banco,…Se miró la muñeca, pensando que Pablo nunca había llegado tarde, cuando el chico del cigarrillo, se dirigió a ella:

- Oye, ¿Desde cuándo estás aquí?

- Pero bueno ¡Pablo!, ni te conocía, te has puesto muy arreglado, ja, ja, ja. No es tu estilo tío…

- Bueno, la ocasión lo merece, tú estás preciosa, como siempre… ¿Podemos irnos ya?

- Claro

Se montaron en el coche de Pablo, Marcela no paraba de preguntar adonde iban, pero él solo le respondía que se iba a llevar una gran sorpresa…

Cuando al fin aparcaron el coche, Marcela no pudo evitar fruncir el ceño

- ¿ El Tano? ¿Qué es este sitio?

- Entremos y lo verás

Cuando entraron al lugar, sonaba música de tango, Marcela estaba muy extrañada, pero un poco más al fondo, pudo ver una pista de baile, donde parejas desde unos treinta años hasta sesenta bailaban con gran destreza al son del tango.

- Vaya, no sabía que bailabas,…esto...aunque yo no tengo ni idea.

- Recuerda, déjate llevar. Yo hace mucho que no bailo, pero de pequeño mi madre, apasionada y frustrada por no haber podido aprender ella, me apuntó a clases de baile a mí.

A Marcela todo le parecía un poco empalagoso, pero bueno estaba ahí y sentía que debía complacer a Pablo, al fin y al cabo era el único chico que se había molestado en agradarla a ella.

Se acomodaron en una mesita a ver al personal, Marce empezaba a aburrirse un poco, Pablo como un galán de telenovela, había pedido una botella de champán algo buenecita, para su pelirroja, y no tardó en beberse tres copas, para echar valor al asunto. Mientras le hablaba a Marcela de temas sin contenido, ella miraba a una pareja que destacaban de los demás de lo bien que bailaban, sin prestar mucha atención a las palabras de Pablo. Se imaginaba que esa pareja eran ella y Alfonso, de mas mayores, …

Cuando terminaron las canciones de tango, empezaron a poner algo de salsa, la pareja extravagante se retiró de la pista, y se acercaron a la mesa de ellos,…

- Pablo, ¿tú por aquí? Que alegría, se te echa de menos, un bailarín como tu, siempre se echa de menos.- dijo ella

- Es verdad Pablo, por cierto veo que vienes bien acompañado – dijo él

- Me alegro mucho de veros, es cierto que ando perdido, pero con los estudios de medicina, no me queda tiempo para mucho. Por cierto ellos son Gloria y David, gran pareja de baile y sentimental. David fue mi profesor de baile desde el principio. Ella Marcela, una gran amiga.

Todos se saludaron con cordialidad y la pareja se retiró para dejar intimidad a Marce y Pablo.

- Vamos Marce, concédeme este baile – sonaba una bachata

-

- Que no se Pablo y aquí todo el mundo lo hace muy bien.

- Vamos yo te enseño, nos ponemos en un ladito y nadie nos ve, a eso hemos venido…Se que este sitio te puede parecer muy ridículo, de hecho agradecería que no comentaras a nadie esta faceta mía, pero ahora baila conmigo

Marcela, siguió los pasos de Pablo hasta un lado de la pista. Se colocaron uno frente a otro.

- Bien, agárrame por aquí, clava tus ojos en los míos y déjate llevar

Ella obedeció sin más, él era un maestro espectacular, en esa primera canción, ya le había enseñado pasitos importantes. Marcela se sentía flotando y empezaba a disfrutar.

- Bailar así da gusto, Pablo, eres un experto.

- Tampoco es para tanto, mucha practica y cualquiera se pone a mi nivel. Mira, tú misma, llevas unos minutos y ya me sigues bastante bien.

- No seas modesto, ya me gustaría a mi verte con otra experta, seguro que es alucinante – dijo Marce y lo pisó – Uich perdón te piso, te tiro cafés, te pillo el dedo con la puerta,…

- Sí, te voy a tener que denunciar, je,je,je. Tú mírame a los ojos verás como nunca me pisas, es el gran secreto…

Marcela, disfrutaba entre giros y pasos de baile, eso sí con sus ojos clavados en los de Pablo, para no pisarlo, esa concentración a él le hizo mucha gracia, pero no quiso mostrarlo para que ella no se ofendiera.

Eso de mirarlo a los ojos durante al menos dos horas, a parte de hacer que Marcela estuviese muy cansada, a ella le hizo descubrir, que Pablo tenía unos ojos, y que eran muy bonitos, verdes y grandes, en su cara morena le quedaban muy bien, y que sus dientes eran blancos y perfectos, tenía una sonrisa muy bonita, descubrió que era más alto que ella, y que sus brazos que parecían enclenques eran firmes, …conecto mentalmente todos sus rasgos, y se dio cuenta de que su amigo era un chico muy guapo, pero ella nunca se había dado ni cuenta, se había pasado mucho tiempo que sólo tenía ojos para Alfonso, y en ese momento reconoció para sus adentros, que Pablo podría tener casi a cualquier chica, era guapo, muy simpático, educado, …y sin embargo la había elegido a ella, que le estaba haciendo perder el tiempo. Su culpabilidad se multiplicó por mil, le pidió que se marcharan en ese mismo momento. A Pablo a penas le dio tiempo a pagar, y se fueron al coche.

El camino de vuelta se puso un poco difícil,…

- Oye Pablo, me lo he pasado muy bien pero,…

- Si te lo has pasado bien, no hay peros lo demás me da igual

- Escúchame joder. Tus palabras el otro día, las de la carta, eran preciosas, hoy como ya te he dicho me lo he pasado muy bien, me he dado cuenta que además de valer mucho por dentro, tienes muchas cualidades y más que no conoceré, y que eres muy guapo. Cualquier muchacha sería feliz contigo, y yo, aunque quisiera no podría sentir lo mismo que tú…Siento que te hago perder el tiempo, no te merezco ni como amigo, lo se, …

- Déjame hablar ahora a mí. Yo tengo muy claro lo que tu sientes, casi desde que nos conocimos, si nos hemos acercado más ha sido por tu entrega incondicional a Alfonso, así que no me digas lo que sientes que yo ya lo se. También tengo muy claro lo que siento yo, y como ya te dije, sin forzarte a nada, me conformo solo con demostrártelo,…Así que no te sientas mal por mi, que yo estoy siendo muy feliz, y si quieres que hoy mismo se acabe todo, yo ya habré sido feliz, no le des mas vueltas. Déjate llevar.

Marcela suspiró y cerró los ojos durante unos segundos…

- Está bien Pablo, pero prométeme, que pase lo que pase no vamos a dejar de ser amigos. No quiero que por esta historia al final acabemos mal…

- Prometido.

- No quiero el sí, para que me calle, prométemelo de verdad…

- Te lo prometo, de verdad, pero si te callaras un poco tampoco estaría mal – contestó haciéndole burlas con la lengua.

Ella frunció el ceño, y no volvió a decir nada. Pablo condujo hasta el parque que estaba cerca de la casa de Marcela…

- ¿Qué te parece si te acompaño a tu casa andando y damos un paseo?

- Pues, no hace falta, pero bueno, se supone que estoy dejándome llevar…- bromeó

- No. Dejarte llevar es esto…- La cogió en brazos y mientras ella gritaba y reía, pidiendo que la soltara.

Al llegar al portal de la casa, Pablo se la quiso comer con la mirada, ella sólo supo bajar la cabeza, se sintió acorralada por aquel silencio que se había creado, los ojos de Pablo se habían clavado en los suyos como unas tijeras abiertas, el no tenía miedo, estaba entregado, como si sintiese que no le quedaba nada que perder en la vida y deseando estar con ella aunque fuera de mentira.

- Bueno, Pablo, yo ya subo. Lo he pasado muy bien. Gracias…

- Espera Marce yo quería decirte…

- No digas nada mejor ¿Vale? Déjalo tal como está

Aquel fue uno de esos “te quiero” que nunca han sido pronunciados, uno mas de todos aquellos que cada día caen al vacío y se pierden en un pozo sin fondo para siempre, de esos que ya nunca van a ser rescatados.

TODA LA VERDAD

Capitulo 7 - TODA LA VERDAD


Las clases se habían reducido a un único alumno, Pablo. Se ve que Jonás se espantó aquel mismo día, y que “Paquirri” estaba demasiado ocupado con La Pantoja.

Así que quedaban cada día en casa de Pablo los dos. La complicidad entre ellos se iba estrechando cada vez más, bromeaban, reían,…Marcela ya estaba empezando a olvidar bastante a Alfonso.



Uno de esos días en los que se encontraba sola en su casa, sintió un ruido extraño que venía del recibidor, se acercó con sigilo a la puerta y pudo ver un papelito doblado, alguien acababa de ponerlo ahí, lo cogió y abrió la puerta de inmediato, para ver si sorprendía al “cartero” improvisado, pero no tuvo suerte. Así que se metió de nuevo en casa y procedió a leer papelito misterioso.



“La desesperación infunde valor al cobarde.” Thomas Fuller

Perdona que elija este método para decirte esto, pero la frase que te cito arriba dice aunque yo no lo quiera mucho de mí. Soy muy cobarde en estos aspectos, pero ya la desesperación me satura.

Antes que nada, quiero que sepas que en todo lo que ha pasado durante este tiempo, aunque me gustases desde el principio, yo no he tenido nada que ver, si te han salido las cosas mal con Alfonso, y si te he advertido de que iba a ser así, no estaba siendo egoísta, porque sólo quería lo mejor para ti. Antes de que el tema se desvíe por ahí, como en casi todas nuestras conversaciones, ahora si voy a ser egoísta y sólo voy a hablar de mí.

Yo en muchas ocasiones he prestado atención a tus sentimientos, y hoy quiero que tú sepas los míos.


Aquel día de septiembre en Los Rosales, cuando se te cayó el café, no sólo me marcaste el pecho físicamente para toda la vida, también quiero que sepas que ahondaste más, ese mismo día, tu ojos azules, se me metieron el la cabeza para siempre, y a partir de entonces se me han ido metiendo muchas mas cosas de ti, tu sonrisa, tus labios, cada mueca, cada gesto que haces, la forma en la que arqueas las cejas cuando ironizas, o lo bien que huele tu casa cuando tu te has dado un baño, la manía que tienes de apoyar la cucharilla del café en el borde del plato haciendo un juego de equilibrio, y ese tic nervioso que tienes en la nariz y sólo te sale cuando te enfadas conduciendo,…

Y entiéndeme, Marcela, yo no tengo la culpa, no lo he hecho adrede, pero me he enamorado de ti, y quiero que me dediques una mirada a mi, aunque fuese sólo una, de esas que en su momento cuando me embobaba contigo vi que le dedicabas a Alfonso,…


No quiero forzarte a nada, pero si me dieras tres citas contigo, tres momentos para poderte llevar a donde llevo soñando llevarte cada día de estos meses, yo sería feliz y puede que tú así puedas percibir lo que siento por ti, y yo aunque no fuese correspondido, por lo menos de ese modo me sentiría satisfecho.
Respóndeme cuando tú quieras e insisto, no te sientas forzada por nada, sólo si te apetece, respóndeme, por un sms, por e-mail, cara a cara si lo prefieres,…me da igual.
Ahora sólo me queda pedirte, que mientras tanto, no cambies conmigo, que sigamos igual,…que es mi dosis mínima de ti y la necesito.


Te quiero mucho Marce,




Pablo.



Marcela no daba crédito a sus ojos, ella nunca se había dado cuenta de nada. Se sentía la mujer más egoísta de este mundo, Pablo estaba enamorado de ella, y sin embargo le había estado contando todos sus sentimientos hacía otro, no podía ser,…

Se pasó la tarde dándole vueltas a la cabeza, no quería precipitarse, ella no sentía más que amistad por Pablo, pero le sentía en deuda con él, tampoco tenía nada que perder si quedaban, aunque podía hacerle más daño aun,…después de valorar los pro y los contra decidió que aceptaría, pero debía dejarle claro a Pablo que ella no sentía nada más que amistad por él,…Así que decidió enviarle un SMS antes de cambiar definitivamente de opinión:





TIO STAS LKO. YA SABS L Q YO SIENTO PRO ACPTO. CREO K S HORA D PROBR CSAS NUEVS. T DIRAS QNDO Y DND.




Al poco recibió ella uno de Pablo:




N QERO Q T SIENTS OBLIGDA A NDA, TDAVÍA T PDES ARREPNTIR. SI NO S ASI. VIERNS A LS 12H EN L PARQ, PNTE ELEGNTE. Y DJATÉ LLVAR. TQM



ALLÍ STARE. BSS – Contestó Marcela


Aunque Marcela no sentía nada por su amigo no pudo evitar ponerse nerviosa, ¿A dónde irían el viernes?


TRAICIONES

Capitulo 6 - TRAICIONES

Aquel día amaneció a las 5 de la madrugada para Marcela. No podía dormir más, se dio una ducha y se fue a la calle, antes de que se levantaran sus compañeras y tenerle que ver la cara a Angelina, huyó por las calles de Sevilla como si estuviese perdida, a las 7h ya se decidió a tocar el timbre de la casa de Pablo.


Pablo abrió la puerta y se encontró a Marcela llorando, el aun tenía los ojos pegados y no podía conectar,…

- Pasa – la invitó

Se sentaron en el sofá mientras Pablo puso la cafetera.

- Ayer por la tarde estuve con Alfonso …- confesó

- ¿Cómo que estuviste con Alfonso? ¿y que pasó? ¿por qué lloras? –preguntó alterado tomándola por los hombros.

- No se porqué lloro, ni porqué estoy aquí, me siento mal porque lo hicimos y ahora tengo remordimiento por un lado, Angelina,…por otro lado estoy alucinando, todo fue genial, lo que siempre había soñado…

- Marcela, nunca podía imaginar que fueses así, no porque él esté con Angelina,

¿Es que no te das cuenta que te ha usado? Pasaba por allí, quería desahogarse, no estaba su novia y tu misma le valiste. La historia se repite, pero nunca pensé que tú también ibas a caer…

- Pablo, no creas que eso va a ser así, las cosas que me dijo, las que yo le dije a él. Creía que te ibas a alegrar por mí, porque fui capaz de decirle todo lo que siento y el tiempo que hace que me gusta…

- Lo tienes todo tan claro que no me explico porqué te sientes tan mal – ironizó Pablo. Marcela, no te ilusiones por favor,…

- Mira Pablo no se que te pasa, me he equivocado, no tenía que haberte contado nada de esto…Me voy a ir, esta tarde nos vemos en Los Rosales.

Cuando Marcela llegó a Los Rosales, Pablo la estaba esperando en la puerta. Ella no se dignó ni a saludarlo, abrió la puerta, pero el le sujetó el brazo,…

- Lo siento,…

Ella le giró la cabeza, y entró con decisión, sólo entonces entendió las palabras de Pablo, en la mesa del rincón estaban Angelina y Alfonso, acaramelados. Aún no hacía 24h que habían estado juntos, Marcela pensaba que sus palabras habían sido ciertas y sus promesas de dejarla también, incluso creía que iban a empezar una relación, como ella soñaba. Tragó saliva y se armó de orgullo, se sentó en una mesa y empezó las clases con Jonás y Pablo. Alfonso se despidió de la Pantoja, con tiernos besos y ambos diciéndose te quiero como unas tres veces, cada vez que pronunciaba esas palabras, a Marcela se le clavaban en el corazón, la tarde antes habían sido para ella…

Por fin Alfonso llegó a la mesa y pudieron dar la clase, ese día ni si quiera miraba para donde estaba Marcela, estaba más distante incluso que el primer día,…pero, cuando ella no pudo más, dio un golpe seco en la mesa, lo miró fijamente y se atrevió a decirle:

- ¿Tú que te has creído? Yo no soy un títere sabes…

- No hablemos aquí Marce,…a ninguno de los dos nos interesa

- A mí me da igual todo. Quiero tus respuestas

Jonás se levantó recogió sus cosas y se fue, Pablo hizo lo mismo y los dejaron solos.

- Oye Marce, no quiero que te pienses nada, ayer los dos solamente pasamos un buen rato, somos dos adultos, ¿No? Podemos hacer ese tipo de cosas y saber luego cada uno cual es su camino, pero tú creo que te estás confundiendo, chica.

- ¿Confundiendo? ¡que fuerte tío! Un polvo no confunde a nadie,eso está claro, pero ciertas confesiones, palabras, hechos,…Las cosas que salieron de tu boca, yo no se las diría a cualquiera, no ha alguien con el que sólo paso un rato, las que salen de la mía son siempre verdad…

- Marcela, hay cosas que se dicen en momentos de calor, yo no pensé que te ibas pensar….

- Basta Alfonso. Yo no me hubiera pensado nada si tu no lo hubieras dicho. En momentos de calor se dicen otras cosas, no, <> Hay que ser muy ruin, para decir esas cosas siendo falsas, y mucho más a alguien que sabe que siente algo muy fuerte por ti, y que ayer di el gran paso de confesártelo…

- Mira, yo no quiero saber nada, no quiero que esto me traiga problemas con Angelina, y estar los dos aquí en esta actitud puede dar lugar a confusiones, yo me marcho y lo siento si te has confundido.

Él salió del bar, Marcela esperó unos minutos sentada en su mesa, más que nada para que le reaccionara su cerebro y poder dar los pasos necesarios para llegar a la salida.


La puerta de Los Rosales se abrió en ese momento, Pablo entró y se sentó con ella. Marcela levantó la cabeza y lo miró:

- Me ha dicho que esas cosas se dicen en momentos de calor y que yo lo confundí todo. Que idiota he sido.

- Venga Marce, ya has descubierto tu misma como es él, era lo que querías, yo intenté evitarlo, pero no te preocupes, hoy no es el último día de esta historia, es el primero. Márcalo en tu calendario, el día que empecé a olvidar a “Paquirri”…


Consiguió arrancarle una sonrisa, estuvieron toda la tarde charlando, se esforzó porque Alfonso se le viniera a la cabeza lo menos posible, le dio aliento y ella se sintió confortada. Pablo ese día se fue a casa orgulloso, porque Marcela había despertado, iba a empezar a sacar a Alfonso de su corazón y así quizá iba a dejar un hueco para él, porque inevitablemente estaba loco por la pelirroja.

UN OASIS EN EL DESIERTO

Capitulo 5 . UN OASIS EN EL DESIERTO

En la casa de Marcela olía a incienso, ella estaba oyendo música “La Pantoja y la Butaca” estaban de exámenes y tenía la casa para ella sola, así que estaba llenando la bañera, para meterse hasta que se le arrugasen los dedos como cuando era pequeña, el timbre interrumpió la sesión de balneario rudimentario. Abrió la puerta sin preguntar y se encontró con Alfonso al otro lado, ella iba en pijama con una coleta mal puesta en medio de la cabeza, estaba totalmente ridícula,…
- ¿Tú que haces aquí? – fue lo único que le salió de la boca
- Ja,ja,ja…¿ Está Angelina?
- No, ella tiene un examen,…pero pasa que me van a ver todos los vecinos con mi disfraz de payaso.
- Je, je, je. Buena música estás escuchando, por cierto
- Gracias, si algún día quieres que te preste el CD…
- No estaría mal.
- Bueno y ¿quieres que le diga algo a Angelina?
- No, sólo pasaba por aquí y quise pasar a verla…
- Oye, espera, que me va a rebozar el agua de la bañera…- Marcela salió corriendo al baño y cerró el grifo.
Estando en el baño, se quiso retocar en el espejo para por lo menos no llevar ese pelo. La puerta se abrió lentamente y Alfonso entró con cuidado.
- ¿Qué haces tú aquí?
- Nada, que tardabas y digo a ver si le pasa algo….
- Ya. Claro. Anda que…
- Pero que no hace falta que te quites la coleta, que estás muy guapa con ella – dijo Alfonso acercándose a Marcela por la espalda y tomándola por la cintura.
Ella no pudo resistirse, suspiró profundamente y se dejó llevar. Alfonso no dudaba, se colocó frente a ella y empezó a besarla, ella le seguía sin pensarlo, se sentía flotar, “su” Alfonso la estaba besando,...No tardaron en ir a su habitación.

Los cuerpos de ambos se perdían entre las sábanas de aquella cama qu había pasado de ser un desierto, ha estar totalmente completa para los sentidos de Marcela.
La caricias y los besos, terminaron en deseo, las palabras que Alfonso le decía al oído la hacían resucitar. El tacto de los dedos de él por su piel, le hacía sentirse envuelta en un manto de seda, se sintió cada vez más frágil, más encadenada, más fácil... y terminó entregandose totalmente a él, dejando que la lujuría y la pasión llenaran aquella habitación, los dos fundidos, haciendo el amor, como si no fuese a existir un mañana.

Cuando hubieron terminado, Alfonso salió corriendo de allí, sin apenas despedirse. Ella se quedó sola, sentía que se había fallado a sí misma y lloró de rabia hasta
quedarse dormida del agotamiento.