Marce y Pablo, eran ya totalmente uña y carne, habían transcurrido ya como 2 meses desde aquella noche. Ella se dejó llevar y Alfonso pasó a un segundo plano, no podía olvidarlo del todo pero, ya no le importaba, Pablo lo había eclipsado casi al máximo. Los paseos, los bailes y el romanticismo era parte de sus vidas, sin olvidarnos de la atracción, un cuento de hadas, que ya sabemos que en la vida real, eso no es posible…y entonces comenzó el desenlace de lo que pudo haber sido una de las pocas historias de amor de este mundo.
DESENLACE
Una tarde como otra cualquiera Marcela, estaba en su casa esperando que Pablo la recogiese para ir a pasear por el parque María Luisa. El timbre sonó y ella fue a abrir ansiosa, pero eran la “Pantoja” y “Paquirri”, que a ella se le había olvidado la llave….
- Hola Marcela, ahora que por fin te veo querría hacerte unas consultas de farmacología….
- Lo siento Alfonso, no es el momento, en cinco min. Vendrá Pablo por mi, para salir y….
- Sólo serán un par de min. Por favor. Mira yo de paso bajo ha hacer una copia de tus llaves que si no, no voy a poder salir, hazme el favor anda – Dijo la Pantoja.
- Ok. Pero, se rápida. No quiero hacer esperar a Pablo.
La Pantoja salió casi corriendo con las llaves de Marcela, y Alfonso no quiso perder ni un minuto…
- Marcela, ¿Qué pasa? ¿Ya me has olvidado?
- Vamos a la farmacología…
- ¿ Me has olvidado o no? Es la pregunta
- Sí.
- ¿Totalmente? Se sincera
- Sí, y soy muy sincera
- Quieres decirme que te has olvidado de cuando lo hicimos, de aquellos besos y caricias,…- dijo acariciando el pelo de Marce.
- Evidentemente esas cosas no se olvidan, pero cuando ya han pasado tampoco se comentan,…- dijo apartándolo
- Vamos no seas así, tu sabes que me gustas mucho, y no hemos tenido oportunidad de conocernos bien…
- Ya Alfonso, pero es que ahora ya no es lo que quiero, lo siento por ti
Él, no lo dudó ni un segundo, y se lanzó a besarla,…Por culpa de la mala suerte, Pablo, llegó a la puerta, que La Pantoja se dejó abierta, y vio la escena, se quedó petrificado y esperó a ver si se estaba confundiendo y entonces pudo oír.
- ¿Qué pasa no me quieres? – dijo Alfonso
- Sí, si te quiero – contestó Marcela
Pablo salió corriendo, sin oír nada más y sin ser visto por nadie. Si lo hubiese hecho, hubiese terminado de oír la frase…
- Sí, si te quiero. Te quiero lejos de mi, de mi vista, no respetas a nadie, ya no a mi, sino a Pablo que es tu amigo, a tu novia…no te quieres ni a ti mismo, me das asco, vendido por el dinero y funcionas por el interés a tu edad, no quiero imaginarte el día de mañana, lo único que siento por ti es lástima,…olvídame.
Entonces llegó la Pantoja de hacer su recado, Marcela calló y se limitó a esperar a Pablo que evidentemente nunca llegó.
Después de miles de SMS, sin respuesta, por supuesto, llamadas sin contestar,… Marcela, fue a casa de Pablo donde nadie abría la puerta, todo era muy raro.
Habrían transcurrido ya casi 5h. Marcela intuía que Pablo sabía algo y pensó que Alfonso le habría dicho algo. Y entonces sonó el teléfono de la Pantoja.
Ella contestó y se dirigió a Marcela.
- Es para ti…
Marce, contestó extrañada
- ¿Sí?
- Soy Alfonso…
- ¡Esto es el colmo del descaro! Me llamas al móvil de tu novia…
- Espera, Marcela tengo que hablar contigo. Es sobre Pablo.
Ella lo oyó sin poderlo creer.
- Me llamó por teléfono hoy cuando me fui, me dijo que te oyó decirme que me querías, me dijo que no se iba a meter en medio, entonces empezó a llorar, yo te prometo, que le conté la verdad, pero no me terminaba de creer, dijo que se iría de aquí al menos unas semanas, para asimilar que ya no podría luchar más por ti… yo pensé que te llamaría, que hablaríais, pero no, el cogió el tren, lo se porque me lo ha dicho su primo, se iba a casa de su tía, a Madrid, pero no ha tenido suerte…- y entonces Alfonso rompió a llorar
- ¿Cómo que no ha tenido suerte? ¿Qué quieres decir? – gritó desesperada
- Marcela, Pablo ha muerto.
La ambulancia no tardó en venir a recogerla, ella no aguantó la noticia y se desmayó.
A Pablo lo atracaron, lo confundieron con otra persona, pensaban que llevaba un paquete en su maleta, y no era él, el negaba a gritos ser esa persona, el vagón donde iba se quedó vacío de inmediato, nadie lo socorrió, los únicos testigos sólo cuentan lo que oyeron, dicen que el chico gritaba <<>> hasta que quebraba su voz, alguno dicen que oyeron decir, <<>>, hasta que finalmente, su voz se apagó. A Pablo lo apagaron por una confusión tres individuos a cuchilladas aquel día en el vagón del tren donde él no debía ir.
Capitulo final – Cita 3
Carta de Marcela a Pablo un año después:
Hola mi vida:
¿Sabes? Pienso en ti cada día. Te echo de menos a cada momento. Aún no puedo creerme lo que te hicieron.
Yo misma no sabía que te quería tantísimo, y ahora que no estás el vacío es absoluto. Desde que no te tengo, la comida ya no sabe tan bien, y el parque es demasiado grande, cuando miro al cielo ya no es tan azul, ni de noche brillan tanto las estrellas,…todo está incompleto sin ti.
En esta vida estúpida, llena de malos entendidos, a diario, nos creemos que tenemos problemas, y que son lo más importante del mundo, salimos corriendo o nos enfadamos por ellos, discutimos con los seres queridos por cualquier cosa, y no disfrutamos lo que tenemos, si no que siempre ambicionamos más.
En vez de dar importancia a las personas con las que podemos contar, que nos quieren, nos miman y están incondicionalmente a nuestro lado, nos ocupamos de cosas vanas y efímeras.
Mi vida, yo espero que donde estés sepas lo que pasó aquel día, y te rías de la tonta confusión, y que sea un mundo donde los sentimientos se vean, que rodeen a las personas de algún color, de rojo a los enamorados, de negro a los que están enojados, de verde a esas personas tan positivas que siempre están de buen humor,…y así veas lo que te quiero, y ya verás como siempre te tendré…
Me pediste tres citas para enamorarme y sólo te hicieron falta dos de ellas, tu belleza interior, tu forma de ser y lo que yo me sentía cuando estaba a tu lado, bastaron, pero no te preocupes, porque la tercera cita, se repetirá cada día mientras yo esté en este mundo, porque sabes que lo cumplo, y que cada día te dedico unos minutos, ha hablarte, a recordarte,…con el único consuelo de mantenerte vivo siempre, aunque sea solo en el recuerdo. Y los besos que no nos vamos a dar, no los des por perdidos, que el día que nos encontremos te los voy a pagar uno a uno y así con todo, porque a partir de ahora en mi vida puedo hacer lo que sea, pero todo será una forma de pasar el tiempo que quede para reunirme contigo.
Te quiero mi Pablo.
Cuando abras una puerta, primero cuenta hasta tres, entra con decisión y aprecia mucho lo que te encuentres detrás. Que la vida al final se compone de la simpleza de un cúmulo de puertas que se cierran y otras tantas que se abren.