miércoles, 16 de diciembre de 2009

Capitulo 10

Marce y Pablo, eran ya totalmente uña y carne, habían transcurrido ya como 2 meses desde aquella noche. Ella se dejó llevar y Alfonso pasó a un segundo plano, no podía olvidarlo del todo pero, ya no le importaba, Pablo lo había eclipsado casi al máximo. Los paseos, los bailes y el romanticismo era parte de sus vidas, sin olvidarnos de la atracción, un cuento de hadas, que ya sabemos que en la vida real, eso no es posible…y entonces comenzó el desenlace de lo que pudo haber sido una de las pocas historias de amor de este mundo.

DESENLACE

Una tarde como otra cualquiera Marcela, estaba en su casa esperando que Pablo la recogiese para ir a pasear por el parque María Luisa. El timbre sonó y ella fue a abrir ansiosa, pero eran la “Pantoja” y “Paquirri”, que a ella se le había olvidado la llave….
- Hola Marcela, ahora que por fin te veo querría hacerte unas consultas de farmacología….
- Lo siento Alfonso, no es el momento, en cinco min. Vendrá Pablo por mi, para salir y….
- Sólo serán un par de min. Por favor. Mira yo de paso bajo ha hacer una copia de tus llaves que si no, no voy a poder salir, hazme el favor anda – Dijo la Pantoja.
- Ok. Pero, se rápida. No quiero hacer esperar a Pablo.

La Pantoja salió casi corriendo con las llaves de Marcela, y Alfonso no quiso perder ni un minuto…
- Marcela, ¿Qué pasa? ¿Ya me has olvidado?
- Vamos a la farmacología…
- ¿ Me has olvidado o no? Es la pregunta
- Sí.
- ¿Totalmente? Se sincera
- Sí, y soy muy sincera
- Quieres decirme que te has olvidado de cuando lo hicimos, de aquellos besos y caricias,…- dijo acariciando el pelo de Marce.
- Evidentemente esas cosas no se olvidan, pero cuando ya han pasado tampoco se comentan,…- dijo apartándolo
- Vamos no seas así, tu sabes que me gustas mucho, y no hemos tenido oportunidad de conocernos bien…
- Ya Alfonso, pero es que ahora ya no es lo que quiero, lo siento por ti

Él, no lo dudó ni un segundo, y se lanzó a besarla,…Por culpa de la mala suerte, Pablo, llegó a la puerta, que La Pantoja se dejó abierta, y vio la escena, se quedó petrificado y esperó a ver si se estaba confundiendo y entonces pudo oír.

- ¿Qué pasa no me quieres? – dijo Alfonso
- Sí, si te quiero – contestó Marcela
Pablo salió corriendo, sin oír nada más y sin ser visto por nadie. Si lo hubiese hecho, hubiese terminado de oír la frase…
- Sí, si te quiero. Te quiero lejos de mi, de mi vista, no respetas a nadie, ya no a mi, sino a Pablo que es tu amigo, a tu novia…no te quieres ni a ti mismo, me das asco, vendido por el dinero y funcionas por el interés a tu edad, no quiero imaginarte el día de mañana, lo único que siento por ti es lástima,…olvídame.
Entonces llegó la Pantoja de hacer su recado, Marcela calló y se limitó a esperar a Pablo que evidentemente nunca llegó.

Después de miles de SMS, sin respuesta, por supuesto, llamadas sin contestar,… Marcela, fue a casa de Pablo donde nadie abría la puerta, todo era muy raro.

Habrían transcurrido ya casi 5h. Marcela intuía que Pablo sabía algo y pensó que Alfonso le habría dicho algo. Y entonces sonó el teléfono de la Pantoja.
Ella contestó y se dirigió a Marcela.
- Es para ti…
Marce, contestó extrañada
- ¿Sí?
- Soy Alfonso…
- ¡Esto es el colmo del descaro! Me llamas al móvil de tu novia…
- Espera, Marcela tengo que hablar contigo. Es sobre Pablo.
Ella lo oyó sin poderlo creer.
- Me llamó por teléfono hoy cuando me fui, me dijo que te oyó decirme que me querías, me dijo que no se iba a meter en medio, entonces empezó a llorar, yo te prometo, que le conté la verdad, pero no me terminaba de creer, dijo que se iría de aquí al menos unas semanas, para asimilar que ya no podría luchar más por ti… yo pensé que te llamaría, que hablaríais, pero no, el cogió el tren, lo se porque me lo ha dicho su primo, se iba a casa de su tía, a Madrid, pero no ha tenido suerte…- y entonces Alfonso rompió a llorar
- ¿Cómo que no ha tenido suerte? ¿Qué quieres decir? – gritó desesperada
- Marcela, Pablo ha muerto.

La ambulancia no tardó en venir a recogerla, ella no aguantó la noticia y se desmayó.
A Pablo lo atracaron, lo confundieron con otra persona, pensaban que llevaba un paquete en su maleta, y no era él, el negaba a gritos ser esa persona, el vagón donde iba se quedó vacío de inmediato, nadie lo socorrió, los únicos testigos sólo cuentan lo que oyeron, dicen que el chico gritaba <<>> hasta que quebraba su voz, alguno dicen que oyeron decir, <<>>, hasta que finalmente, su voz se apagó. A Pablo lo apagaron por una confusión tres individuos a cuchilladas aquel día en el vagón del tren donde él no debía ir.

Capitulo final – Cita 3

Carta de Marcela a Pablo un año después:

Hola mi vida:

¿Sabes? Pienso en ti cada día. Te echo de menos a cada momento. Aún no puedo creerme lo que te hicieron.

Yo misma no sabía que te quería tantísimo, y ahora que no estás el vacío es absoluto. Desde que no te tengo, la comida ya no sabe tan bien, y el parque es demasiado grande, cuando miro al cielo ya no es tan azul, ni de noche brillan tanto las estrellas,…todo está incompleto sin ti.
En esta vida estúpida, llena de malos entendidos, a diario, nos creemos que tenemos problemas, y que son lo más importante del mundo, salimos corriendo o nos enfadamos por ellos, discutimos con los seres queridos por cualquier cosa, y no disfrutamos lo que tenemos, si no que siempre ambicionamos más.
En vez de dar importancia a las personas con las que podemos contar, que nos quieren, nos miman y están incondicionalmente a nuestro lado, nos ocupamos de cosas vanas y efímeras.
Mi vida, yo espero que donde estés sepas lo que pasó aquel día, y te rías de la tonta confusión, y que sea un mundo donde los sentimientos se vean, que rodeen a las personas de algún color, de rojo a los enamorados, de negro a los que están enojados, de verde a esas personas tan positivas que siempre están de buen humor,…y así veas lo que te quiero, y ya verás como siempre te tendré…

Me pediste tres citas para enamorarme y sólo te hicieron falta dos de ellas, tu belleza interior, tu forma de ser y lo que yo me sentía cuando estaba a tu lado, bastaron, pero no te preocupes, porque la tercera cita, se repetirá cada día mientras yo esté en este mundo, porque sabes que lo cumplo, y que cada día te dedico unos minutos, ha hablarte, a recordarte,…con el único consuelo de mantenerte vivo siempre, aunque sea solo en el recuerdo. Y los besos que no nos vamos a dar, no los des por perdidos, que el día que nos encontremos te los voy a pagar uno a uno y así con todo, porque a partir de ahora en mi vida puedo hacer lo que sea, pero todo será una forma de pasar el tiempo que quede para reunirme contigo.

Te quiero mi Pablo.

Cuando abras una puerta, primero cuenta hasta tres, entra con decisión y aprecia mucho lo que te encuentres detrás. Que la vida al final se compone de la simpleza de un cúmulo de puertas que se cierran y otras tantas que se abren.


FIN

SEGUNDA CITA

Capitulo 9- Cita dos

Por las ventanas del piso de Marcela la noche entraba sin pedir permiso, “La Butaca y La Pantoja” se atiborraban de pipas viendo la tele, ella prefería concentrarse en el libro que por entonces tenía entre manos. Ya hacía dos semanas de su cita con Pablo, ella casi la había olvidado, y él, cumplidor de su promesa no había cambiado ni un poco la forma de tratarla. Alfonso, se estaba convirtiendo en un fantasma que de vez en cuando se aparecía cuando ella menos lo esperaba, en “Los Rosales”, por la facultad y esporádicamente incluso en el salón de su casa, metiéndose mano con “La Pantoja” que a pesar de su cara de pava infeliz, en más de una ocasión lo invitaba a su habitación dónde sólo Dios sabe lo que ocurría, y que ella nunca querría saber. Se limitaba a saludarlo sin más, con breves y cortantes monosílabos, sin poder evitar que las respuestas de él le sonaran a voces celestiales.

Uno de aquello días que Alfonso se manifestó en su casa, “La Pantoja” tuvo que salir a hacer unas fotocopias y él decidió esperarla consultando unas cosas en Internet. Marcela se preparaba un café en la cocina, cuando él la asaltó como ladrón en la noche…

- Marce, hace tiempo que tú y yo no hablamos…

- ¿Y es que tenemos algo de que hablar?

- Anda, no seas así,… Lo mismo aquel día yo no me comporté como esperabas pero, la verdad es que echo de menos aquellas tardes en Los Rosales. Lo pasábamos bien y aprendí mucho de tus clases…Es una pena que ahora no quieras ni hablar conmigo…

- Ya, es que yo soy así de mala, de buenas a primeras dejo de hablar a la gente, porque sí. Venga ya,…que te compre quien no te conozca…

- En serio Marce, te pido perdón si te ofendí, se que lo hice todo muy mal, pero mi historia con Angelina, es algo que tu no entenderías,…Mis padres y los de ella tienen negocios y yo debí pensarme antes eso de salir con ella, porque ahora me siento atado, pero si la dejo, mi familia se puede ver perjudicada. Por favor, te pido al menos que tú me entiendas, se que todo esto suena lo mas ruin del mundo, por eso te lo cuento a ti, se que eres la única persona que me puede entender. Necesito que me entiendas, te lo ruego,…Tú me gustas mucho, y sólo necesito tiempo… - dijo Alfonso entre sollozos

- No se si lo que dices es cierto, pero las cosas no se hacen así, primero haces daño y luego vienes a poner una tirita, podías haberme contado esto antes y evitar lo que ha pasado…

- Lo se y lo siento no se porqué no lo hice así. No quiero nada más, sólo que me perdones y que podamos vernos aunque sea en Los Rosales, en las clases, con eso me conformo…

Consiguió arrancarle una sonrisa a Marcela, y se le ablandó el corazón…

- Está bien Alfonso, pero si me vuelves ha hacer algo parecido, no lo cuentas,…

- Gracias, muchas gracias,…

Él no lo dudó ni un momento más, y se lanzó a besarla, sin pensar en su novia, ella disfrutó del beso hasta que oyeron la puerta. La Pantoja, entró en la cocina sin avisar, estuvieron a unos segundos de ser descubiertos…

- ¿Tú que haces aquí? – preguntó Angelina, de forma seca y cortante a Alfonso

- Mira cari, he estado hablando con Marcela y me ha dicho que ya anda mejor de tiempo, y que vamos a retomar las clases de farmacología ¿No es estupendo?

- Menos mal. Gracias Marcela, ya estaba empezando a flaquear otra vez con esa asignatura – dijo Angelina ajena a todo

- No hay de qué. – Marcela sólo supo responder eso, disimulando, se echó el café en su taza y se fue a su habitación.

No podía creer que Alfonso la había vuelto a besar, estaba alucinada, disfrutando del momento,…Él se interesaba por ella pero el pobre estaba siendo coaccionado por situaciones inevitables. Marcela se sintió egoísta de haber estado pensando mal de él. En ese momento le echó un vistazo al móvil, mientras ella había estado gozando de los labios de su Alfonso había recibido un SMS de Pablo:

HLA MARCE. HE PNSADO EN NSTRA 2 CITA. QDAMS EL VIERNS A LS 6 D L TRDE, N EL PRQUE?? CNTXTA. BSS

Se le cortó la felicidad del momento de golpe, ya no recordaba su deuda con Pablo. Le respondió al SMS aceptando la invitación, tenía que cumplir su palabra.

El viernes, llegó antes de lo esperado. Bajó al parque a encontrarse con Pablo. El la invitó a montarse en el coche y la llevó al Parque María Luisa, donde se sentaron en los jardines.

- Esta cita quiero que la aprovechemos para hablar, lo mismo consideras que pierdo mi tiempo, que nosotros podemos hablar en cualquier momento, pero hoy quiero que sea sin prisas, tener unas horas, donde poder contarnos nuestras cosas,…

- Pablo, yo quiero que sepas antes que nada una cosa. El lunes, a las clases, va a volver a venir Alfonso, así que iremos a Los Rosales de nuevo,…

- ¿Alfonso? ¿Cómo es eso?

- Verás, él me lo ha explicado todo, y ahora entiendo porqué se comportó así

- ¿Y se pude saber que te ha explicado?

- No te lo puedo decir, es algo muy personal de él,…

- Está bien, no me meto más donde no me llaman, pero por favor no le creas cualquier patraña, eres una chica lista, no caigas en su juego

- ¿Por qué tiene que ser un juego? Él ha sido muy valiente en venir ha hablar conmigo y no te permito que cuestiones sus buenas intenciones. ¿Sabes? Creo que a veces eres muy egoísta…

- Lo mismo soy muy egoísta, pero sus buenas intenciones coinciden con el examen de farmacología y ¿Sabes? Yo creo que te está utilizando…

Marcela lo miró a los ojos con desprecio y no le dijo ni una sola palabra.

- Está bien, lo siento, lo mismo me equivoco Marce, espero que sea así de verdad, pero mi egoísmo viene porque no soportaría que te hiciera daño de nuevo. Perdóname.

- Confía en mi Pablo, lo mismo me equivoco pero apóyame.

- De acuerdo. Y ahora ¿Podemos seguir con la cita o ya no te apetece?

- Ahora podemos empezar la cita, señor Pablo, esto ha sido un paréntesis – contestó ella.

Al fin y al cabo, se ponía en la piel de su enamorado, y pensaba que ella, si fuera Alfonso el que le había dicho esas cosas, ya habría huido llorando de lo que le habría dolido.

- Me alegro. Mira te traigo el libro que me estoy leyendo ahora, y quiero leerte un trocito,… ¿me dejas?

- Por supuesto

- "(...) estoy cerca de ti, ¿me sientes?, estoy aquí, te puedo rozar, esto es seda, ¿la sientes?, es la seda de mi vestido, no abras los ojos y tendrás mi piel"… Esta estrofa me ha encantado, es una de las cosas más sencillas pero, a la vez mas intensas que he leído en mucho tiempo.

- Eres un romántico Pablo. Primero bailas, luego mira que cosas lees,…

- Ese es mi gran secreto Marce, jejeje – bromeó Pablo.

La tarde transcurrió con fluidez, hasta el anochecer, Marce ya se había olvidado de todo, y se dejaba llevar. Incluso se dio cuenta de que se sentía muy a gusto, su amigo compartía sus ideas, sus gustos,…incluso pensaban igual sobre muchos temas. Cuando Pablo miró su reloj, no pudo evitar invitar a Marcela a cenar a su casa, ella aceptó sin dudarlo, porque se encontraba genial con el, y no quería irse a su casa.

En casa de Pablo el ambiente estaba en penumbra, como siempre, una luz tristona alumbraba una mesa donde se apilaban un montón de libros, el los hizo a un lado, puso un mantel de cuadros verdes, que a penas habría usado una vez, abrió una botella de lambrusco, que tuvo que servir en vasos de agua, porque no tenía copas, y puso en la mesa un par de platos de pasta, recalentada del medio día…

- Bueno, no es lo que se merece una princesa como tú, pero entiende que es un piso de estudiante…

- Está hecho con mucho cariño, que es lo que importa, y los espaguetis tienen una muy buena pinta…

La conversación se hacía cada vez mas intensa, Marcela disfrutaba mas de lo que hubiese querido de la presencia de Pablo, el vino corría cada vez más deprisa y el destino era su cerebro sin duda, en el instante más esperado para Pablo y mas sorprendente para Marcela, ella se lanzó a los labios de él, sintiendo la suavidad de un calido beso…

- Marce, no quiero que el vino te traicione, si no es lo que quieres…

- Cállate … - susurró ella, y siguió besándolo

Ahora Pablo estaba en las nubes, dejó que sus dedos se colaran en el pelo de su pelirroja, y la besó como si en ello le fuera la vida, pasando de la dulzura a la pasión, demostrando todo lo que él sentía.

Por la cabeza de Marce, se paseaban miles de sensaciones diferentes, cariño, ternura, pasión y hasta lástima, sin olvidarnos del arrepentimiento, pero era real, era lo que a ella le apetecía en ese momento, donde, con quien y como quería estar, porque quería mucho a Pablo y también sabía cuanto la quería a ella,…

Fue ella la que despacio empezó a desabrocharle la camisa, viendo en su pecho una marca, como si jirones de otra piel, se hubiesen arraigado a la carne de Pablo…tocó la cicatriz con sus dedos, no era muy grande pero, si profunda,…

- ¿Qué te pasó aquí?

- Una chica me tiró un café hirviendo en un bar…pero creo que mereció la pena…

- Lo siento…no sabía que fue para tanto

Siguieron los besos, y la ropa continuó cayendo al suelo, hasta quedar desnudos los dos, derrochando caricias, saboreando sus cuerpos, entregados uno al otro, haciendo el amor hasta quedar exhaustos en aquel sofá descolorido.

Las ganas de huir llegaron a Marcela en un segundo cuando hubieron terminado, pero aun así no podía evitar haber disfrutado del momento, los motivos de su huida no hubieran sido otros que la vergüenza, pero ahora su mente estaba mas liada con la confusión,… ¿En qué lugar quedaban cada uno de su amantes? ¿Se quedaba con las locuras de su Alfonso o con la dulzura de Pablo